jueves, 31 de diciembre de 2009

Lo mejor de 2009

Otro año sin poder llegar a 10 películas. Quizá el año que viene. He de confesar que me ha resultado muy difícil ponerlas en orden.

11- La clase (Entre les murs, Laurent Cantet, Francia). Un canto a la espontaneidad. Dos cámaras en una clase. Una para el profesor (François Bègaudeau, autor de la novela y actor ocasional) y otra para los chavales. Las reacciones se sienten y la clase cobra vida ante tus ojos. Los razonamientos se enfrentan, chocan y, cuando le viene bien, el profesor impone su autoridad. Sus ilusiones se desmoronan y todo aquello que deseamos cambiar y mejorar acaba anquilosándose bajo el peso de la realidad. Una joya.
-10- Gran Torino (Gran Torino, Clint Eastwood, EEUU). ¡Qué grande eres, Clint! Cumplirá 80 años el año que viene, pero sigue teniendo mucho cine dentro. Esta pequeña historia de un gruñón racista e intolerante que decide llevar a cabo una última buena acción, para evitar que otros se manchen las manos de sangre. El bueno de Clint dice que no volverá a ponerse delante de la cámara nunca más. Puede que sea mayor, pero si veis la peli en VO, os sorprenderá la energía que transmite y entenderéis el miedo que provoca en aquellos que se encuentran con su personaje.
- 9- Star Trek XI (Star Trek XI, J. J. Abrams, EEUU). Estamos ante un claro ejemplo de cómo coger una franquicia en franca decadencia y, manteniendo puros sus rasgos más característicos, insuflarle nueva vida. Con un reparto muy bien elegido (Chris Pine como un chulesco Kirk y un sorprendente Zachary Quinto como el enigmático Spock), reinventa la mitología de la serie con una precuela que, gracias a una acrobacia del guión, “resetea” toda la saga y nos plantea un nuevo comienzo. La capacidad para narrar buenas historias de JJ Abrams está fuera de toda duda y, si alguien pensaba que un fanático de Star Wars no podía honrar el universo de Star Trek, que vea este film.
-8- Watchmen (Watchmen, Zack Snyder, EEUU). Me leí el comic hace un año y medio al enterarme de que, al fin, iban a hacer la peli. Hacía mucho tiempo que no esperaba con tantas ganas el estreno de una película. Ante mis ojos, el brutal prólogo del asesinato del Comediante y los alucinantes títulos de crédito (a los cuales los de Zombieland debe mucho) me introdujeron en la fascinante historia de esta distopía tan bien escrita por Alan Moore. Pese a todo, el guión no llega al nivel del original. Echo de menos la historia del navío negro y el pulpo del final. La dirección de Snyder es enérgica y su capacidad visual consigue trasladar las viñetas a la gran pantalla. El espíritu permanece y los personajes están muy logrados.
-7- Malditos bastardos (Inglorious Basterds, Quentin Tarantino, EEUU). Con esta película me he reconciliado con Tarantino. Y eso que he leído muchas críticas dispares, acusándole de no dibujar bien a sus personajes. Es una película muy coral, puede que algún secundario (todos lo son en cierta manera) no esté muy bien definido, pero el coronel Landa, cazador de judíos, es lo mejor que ha salido de la imaginación de este extravagante y genial cineasta. Además, el actor Christoph Waltz dota al personaje de un carisma y de una presencia tal que es imposible dejar de mirarle, a la vez que le temes, que le odias, etc. Esto huele a Oscar. ¿Lo demás? La secuencia en el cine cuando Brad Pitt habla en italiano es pura comedia. El comienzo parece un western. La escena de la cantina, un prodigio de tensión in crescendo. Tarantino sabe lo que hace y nos ofrece su opinión al final de la cinta, cuando un personaje (no diré quien por no destriparlo) mira a cámara directamente y dice: “Creo que esta es mi obra maestra”. Es imprescindible su visionado en versión original.
-6- Avatar (Avatar, James Cameron, EEUU). Según Cameron, esta película cambiará la historia del cine. Desde luego, ha conseguido sorprenderme. Lo que me ha mostrado en la pantalla es espectacular, algo nunca antes visto. Cuando me puse las gafas, me dejé transportar a Pandora sin hacer preguntas, confié en él y me sumergí en esa bellísima paleta de colores, esos tonos azules y verdosos. Esos seres de presencia imponente y sobrecogedora, los na’vi, dejaron de ser “elfos azules”. La flora y la fauna del planeta, las montañas flotantes, las pequeñas y delicadas semillas del árbol sagrado. Jamás vi algo así. Aunque la historia no sea nada del otro mundo, la película merece estar aquí por todo lo que me ha hecho sentir, por lo que me ha descubierto y porque el cine necesita a tecnófilos como James Cameron que innoven pensando en un nuevo modo de contar historias. Imprescindible verla en 3D, así se ideó y se desarrolló.
-5- Donde viven los monstruos (Where the wild things are, Spike Jonze, EEUU). “Recuerdo a aquellos monstruos cuando aún dormía en mi infancia, cuando aún no conocía el mundo más allá del refugio de los brazos de mis padres, allí donde cada día era una fiesta y siempre era el monarca, porque todo giraba en torno a mis deseos y a mis más tiernas apetencias. Recuerdo también cuando aquellos monstruos comenzaron a destrozar mi mundo, porque empezaba a ser pequeño y mis manos comenzaban a ser más anchas, porque poco quedaba que fuera como en un principio lo hubiera imaginado. Surgieron las primeras voces discordes, las que no entiendes porque no encajan, porque nunca pensaste que las cosas pudieran ser complicadas. Primero fueron mis monstruos los que se marcharon, se perdieron con los colores de mi pecho, y cuando fui destronado por mis obligaciones, también comencé a olvidar que podía inventar nuevos nombres. Pero entonces no lo sabía y aunque hoy intento regresar a aquel lugar, no puedo.” Mágica.
-4- Los mundos de Coraline (Coraline, Henry Selick, EEUU). Fue el autor en la sombra, tras Tim Burton, en Pesadilla antes de Navidad. Pero en esta película, ya dirigiendo en solitario, demuestra que en esto de la “Stop-motion” no tiene rival. La historia de la pequeña Coraline encierra una moraleja para los niños y otra para los padres. Ayudado por la interesante partitura de Bruno Coulais, Selick nos sumerge en un universo plagado de colores cuyas sombras son mucho más amenazadoras de lo que parece. En ocasiones película de terror y en otras un desenfadado musical, logra atraparte por la belleza de sus imágenes y por lo tétrico de algunos de sus pasajes. Muy buen uso de la tecnología 3D.
-3- El curioso caso de Benjamin Button (The curious case of Benjamin Button, David Fincher, EEUU). La metáfora del reloj que construye el relojero ciego, cuyas manecillas van al revés, es muy buena. Al final, con la violencia del Katrina desplegándose sobre Nueva Orleans, vemos ese reloj, funcionando aún… Fincher, al igual que con Zodiac, nos ofrece una lección de cine reposado y bien elaborado. El apabullante trabajo de maquillaje me dejó sin palabras y la hermosura y la tristeza que desprende la historia de este entrañable personaje será largamente recordada. Muy buen trabajo de Cate Blanchett y, sobre todo, de Brad Pitt para una película que debió tener más reconocimiento. La imagen del año: Blanchett, ya anciana, acunando en los brazos a un bebé, jovencísimo Benjamin.
-2- Déjame entrar (Lat den rätte komma in, Thomas Alfredsson, Suecia). Para mí, una de las sorpresas del año. Esta pequeña historia de amor, de pérdida de la inocencia, de paso de la infancia a la madurez, está contada con un ritmo lento y pausado que te mece y que a la vez te agita en determinadas ocasiones. La blancura y la pureza de los escenarios, junto con el frío que traspasa la pantalla te hace estremecer. La soledad de Oskar duele, al igual que el desamparo de Eli. Ambos se encuentran, se comprenden, crecen y huyen juntos hacia un destino poco claro, pero confiando el uno en el otro y sabiendo quienes son realmente. Hay que destacar la secuencia final de la piscina. Es salvaje, pero poética y hermosa dentro de los cánones que la propia cinta nos muestra.
-1- Up (Up, Pete Docter, EEUU). Estos chicos nos están malacostumbrando. Llevan unos años geniales, entregando obra maestra tras obra maestra. La historia del anciano Carl Fredriksen y la de su pequeño amigo, el explorador Russell es prodigiosa. Está claro que si diriges Monstruos SA, tienes madera. Una de las películas de Pixar más adultas y cuyos matices más profundos se les escaparán a los más pequeños, pero que demuestran que lo primero para ellos siempre han sido las historias. Me gustaría destacar unos 15 segundos al principio de la cinta en la que se ve al matrimonio formado por Ellie y Carl decorando una habitación para un niño para, acto seguido guiados sólo por la música, llegar a un oscuro pasillo donde un médico da una mala noticia. Ella sentada en el jardín mirando el horizonte y él tras la ventana, triste y pensativo. Eso es puro cine y pura emoción, esos cinco minutos son mejores que muchas películas que he visto. Otro acierto (genialidad del guión) es el collar que transforma los pensamientos de los perros en palabras. Gracias a eso… ¡Ardilla! Gracias a eso la candidez de Dug resulta encantadora e hilarante. Y, desde luego, la idea de transportar una casa con miles de globos de colores. Nuestra mayor aventura puede ser muy distinta a la esperada, pero no por ello menos emocionante.
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Me gustaría resaltar otras películas que me han hecho disfrutar del cine este año:
Repo! The Genetic Opera
La duda
Revolutionary Road
Milk
State of Play
Vals con Bashir
The Wrestler
Un cuento de Navidad (no la de Jim Carrey)
Enemigos públicos
Infectados
Zombieland

Eryri